Historia,  Origen

Catalina Hasenkamp

Catalina Hasenkamp.

Un orgullo

Una frase corta, sencilla, pero altamente significativa.

La dijo alguien que nació en Hasenkamp, con voz suave y firme acento. Con voz de mujer hecha y con acento entrerriano.

Detrás de cada palabra, doña Catalina Hasenkamp de Ziegler parecía lamentar su lejanía. Acaso, entre los grises muros de un Buenos Aires que se asfixia a sí mismo con sus propias tenazas, esta mujer cuenta los días que la acercan a su tierra. Y es que todos los años, viene por tres meses a su pueblo natal y …

Mejor dejemos que ella nos cuente:

Vivo en Buenos Aires, pero una vez al año regreso a mi Hasenkamp por tres meses. Yo no puedo olvidar a mi pueblo porque es una parte de mí misma, que veo crecer, progresar y hermosearse. Siempre que vengo de vacaciones, descubro algo nuevo, algo más bello…

Una lágrima se escapa y recorre su mejilla. El pañuelo la alcanza y doña Catalina recuerda: 

Mi padre Federico y mi tío Eduardo vinieron por primera vez en 1885. Ellos fundaron el pueblo hace sesenta y cinco años, ya que por entonces sólo había campo. Quiero decir que la fundación fue bastante posterior a su llegada. Yo nací y me crié en Hasenkamp. Creo que crecimos juntos. Claro que ahora no hay ni comparación con lo que era en mi juventud. Antes no había nada hoy hay de todo y me gusta mucho más así.

La anciana alzó los ojos y, reteniendo en sus manos la medalla de oro que acababa de recibir en su calidad de hija de uno de los fundadores de la villa, dijo:

Mi orgullo es el haber nacido en esta tierra, donde viví como entrerriana y crecí como argentina.

¡Así nos gusta, doña Catalina!… Y perdone Ud. lo familiar del trato.

Original del Periódico Expansión. Año 1971, Paraná.

Catalina Elisa Hasenkamp nació el 3 de mayo de 1892, en la estancia «Los Naranjos”. Se casó en 1922 con Mauricio Ziegler, enviudando el 26 de mayo de 1927.

De este matrimonio nacieron cuatro hijos: Eduardo Enrique, Ana María, Federico Germán y Gertrudis Elisa.

Falleció el 31 de diciembre de 1982. Sus  restos descansan en el cementerio de Hasenkamp.

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