Comparsas,  Instituciones

Marumbá y El Caribe (1997)

En las últimas horas del día sábado 1° de febrero, la ciudad de Hasenkamp tuvo un importante motivo para concentrar a casi toda su población y a muchísimos visitantes –sobre todo de localidades vecinas– en su avenida principal: se iniciaban los “Corsos 1997”.

Alrededor de las 22.00 hs, miles de corazones comenzaban a agitarse inquietos a lo largo de la Avenida San Martín. Una hora más tarde, plateas y tribunas estaban totalmente ocupadas, daba la sensación de que ya no cabía ni un alfiler. Los gurises -y algunos no tan gurises- daban rienda suelta a la emocionante aventura de arrojar espuma, mientras que alguna señora protestaba porque también se la habían arrojado a ella.

De pronto, la voz inconfundible de Omar “Tano” Geminiani cruzó como una centella por la ancha avenida, ensanchándola aún más, dejando en el aire una estela fosforescente y el eco de sus palabras:

“¡Buenas Noches!… ¡Bienvenidos!… ¡Bienvenidos nuevamente a la fiesta máxima, la más popular de Hasenkamp! ¡Aquí estamos para iniciar la primera noche de carnaval!… ¡Aquí está; ya se está encolumnando; ya va a salir, en instantes nada más; y el sólo hecho de decir que ya está en movimiento, provoca el delirio de estos “locos lindos” que están en la tribuna, que la quieren y la llevan en el corazón…! ¡Aquí…  la alegría…! ¡Aquí… la fiesta! ¡Aquí… el brillo! ¡Aquí… el baile! ¡Aquí está… MA…RUM…BÁ…! … ¡Qué baila, baila y baila…!”

Instantes después, desde uno de los extremos de esa colmada arteria principal, la parafernalia musical hacia resonar los primeros acordes interpretados por “Los Fabulosos Disel”.

De esta manera, se levantaba el telón de un espectáculo fascinante; y, como no podía ser de otra forma, el público comenzó a manifestar su algarabía con un aplauso interminable…

Este era el prólogo que anunciaba una verdadera fiesta de carnaval. Los aplausos y la ensordecedora gritería se detuvieron por unos instantes; y entonces, la luminosidad y el estruendo de los fuegos artificiales, cubrieron el cielo hasenkampense. El impresionante despliegue pirotécnico surgía en el horizonte de la avenida más emocionada del mundo. Una abuela dejó derramar algunas lágrimas; un pequeñito en brazos de su mamá dejó de lloriquear, ya no tenía hambre ni sueño, no lo asustaban las bombas, sólo quería ver a MARUMBÁ…

La euforia de los simpatizantes de la comparsa más antigua de Hasenkamp llegó a su máxima expresión cuando el ulular de una aguda sirena (todo un símbolo de la misma) fue extinguiéndose, para dar lugar a la melodía:

                                                “Miralá, que lida viene,

                                                  miralá, que linda va,

                                                  la comparsa de mi pueblo

                                                  que se llama Marumbá…”

En el firmamento relumbraban nuevas bengalas, estallaban cohetes –de tres en tres– y explotaban poderosas bombas de estruendo.

Desde ese momento, y por más de dos horas, brillaría otra luz -esta vez mucho más resplandeciente –la que encandilaría al público con su magia.

Marumbá –la comparsa que surgió allá por el año 1973, como la “pequeña-gran ilusión” de un grupo de jovencitos; la que vive el carnaval con pasión, con alegría, con la música en la sangre, la que baila con el corazón- maravilló a propios y extraños…

Marumbá avanzó lentamente con un formidable despliegue, lleno de simpatía y encanto, representando en forma impecable el tema “Caribe”. Brindando un espectáculo general de excelente nivel, combinando el diseño y colorido de sus trajes -un lujoso y delicado trabajo artesanal- con diferentes cuadros coreográficos que incluyeron diversos ritmos, propios de la región caribeña.

  A su paso transmitió muchísima alegría, particularidad que repitió durante los cinco días de presentación. Sus pasistas exteriorizaron una impresionante algarabía, y sus movimientos estuvieron impregnados de ritmo y creatividad. Los más pequeños deleitaron al público con una exquisita demostración de frescura.

El éxito obtenido por Marumbá, no ha sido más que el fruto del esfuerzo y del talento; sumados al trabajo organizado de sus directivos, colaboradores e integrantes.

Antes y después de cada presentación, tuvimos la oportunidad y el privilegio de dialogar con muchos de sus integrantes. Ellos se expresaron espontáneamente, comentándonos detalles, transmitiéndonos sus emociones… Quisiéramos documentar esos instantes de felicidad de sus vidas, para reflejarlos en las páginas de esta publicación.

MARÍA DE LOS ÁNGELES ARDILES, Reina de Marumbá ’97

Tiene 17 años, baila en la comparsa desde que tenía apenas 4 añitos, su mamá siempre estuvo relacionada con el grupo de trabajo y la organización de la comparsa. Ambas circunstancias hicieron que esta simpatiquísima señorita creciera junto a Marumbá y que por ello tenga arraigado un sentimiento tan profundo por esta comparsa. Al respecto manifestó: “Siento una emoción muy grande, muy fuerte, algo que tengo incorporado muy dentro de mi corazón… ¡Marumbá es una pasión! Ver a mi comparsa con tanto brillo y color, me da muchísima alegría, nunca la vi como este año. Lo estupendo de Marumbá, creo que no se encuentra en ningún lado”.

Este año, María de los Ángeles tuvo el honor, pero también la gran responsabilidad, de ocupar el “sitial de soberana” de su querida Marumbá. Sobre su elección nos comentó:

La elección de reina se realizó en una cena, para la cual la Comisión de la comparsa invitó a un grupo de chicas que eran candidatas. No creí que fuera a ser elegida, era quien menos esperanzas tenía. Pero esa noche creo que tuve ese ángel que nace de adentro, porque bailé, sonreí, y así nació la Reina ’97. Lloré de emoción y corrí hasta la mesa donde se encontraban mis hermanos, no sabía que hacer, estaba muy emocionada, fue lo más lindo que me puedo haber sucedido”.

María de los Ángeles Ardiles, Reina de Marumbá ’97

 
Con relación a su atuendo, nos explicó:

El traje, que consta de una bikini, hombreras y muñequeras, lo realizaron verdaderas manos expertas. Las bordadoras fueron las señoras: Sabina Cuello, Betty Picotti y Betty Ruiz Moreno; y colaboró en el armado el señor Manuel Ruiz Moreno. Todos ellos integraron parte del staff del taller de la comparsa. La tela del mismo es una gasa francesa; bordada con lentejuelas, canutillos, piedras y perlas doradas; y el motivo es un conjunto de florcitas; a ambos lados de la bikini se le aplicaron cadenas francesas doradas. Las hombreras y muñequeras fueron confeccionadas con el mismo tipo de tela, con un borde de cadenas francesas y flecos realizados en perlas, canutillos y mostacillas.

El color predominante del traje es el café -tono adecuado al tema Caribe– y está combinado con detalles en color ocre. La gargantilla, en la que prevalece el dorado, está repleta de piedras importadas. Las sandalias son doradas. La corona lleva cuatro metros de strass, piedras y perlas, y fue confeccionada en un taller exclusivo de la ciudad de Monte Caseros, Corrientes. El espaldar mide 4,80 metros de altura, lleva una gran cantidad de plumas amazonas blancas y una buena cantidad de plumas de faisán, que le dan realce y un toque de distinción; además tiene un importante trabajo de bordado en lentejuelas nacaradas, con detalles y aplicaciones realizados con perlas, piedras, canutillos y cadenas de color dorado. Si tuviera que sintetizar en una sola palabra todo lo relacionado con el atuendo que luzco, simplemente diría que es: ¡estupendo!

  Finalmente le preguntamos a María de los Ángeles Ardiles sobre cómo podría definir a Marumbá. Ella respondió enfáticamente: “Marumbá es realmente una familia, somos un grupo que trabaja en forma muy unida. Los integrantes de la comparsa ensayamos muchísimo; hay chicos que llegan sin siquiera tener una noción de cómo hay que bailar en una comparsa y salen excelentes bailarines; todos ponemos mucho empeño en lo que hacemos. Marumbá es “una casa” en la que todos nos alojamos y estamos bien con todos, se trabaja lo mejor posible y para ello es importante el respeto por los demás.

  Ante estaba calificada como la comparsa que tenía baile, pero que siempre le faltaba brillo, trajes suntuosos; este año hubo personas que propusieron cambiar el rumbo de la historia y dijeron “Además de buen baile, Marumbá puede tener brillo y esplendor”.

  “Esas personas, hoy están en silencio, sencillamente conformes de haber hecho las cosas bien, pero es a ellos a quienes tenemos que agradecerles este gran éxito, ellos trabajaron desde la mañana a la noche sin cesar y a ellos le debemos nuestro reconocimiento”.

   “Marumbá’97es un esplendor total; para nosotros es un orgullo haber levantado de esta forma a nuestra querida comparsa; creo que quien vio a Marumbá antes, no lo puede creer”.

 LA CARROZA… Una elocuente playa del Caribe

  La carroza que transportó a la Reina 1997 de Marumbá representaba una playa tropical del Caribe, en la que se destacaban palmeras, una gran ostra de mar y dos nativos morenos tocando las tumbadoras. El trabajo realizado en la misma fue de excelente nivel. Para lograrlo se necesitó del camión de Luis Estebenet y fundamentalmente se necesitaron muchas horas de trabajo, manos habilidosas y mucha creatividad. Claudio Tortul y Neio Picotti se ocuparon de la mecánica e idearon el sistema de engranajes para dar movimientos a la base donde iba ubicada la Reina; José Rivas, Joselo David, José Estebenet, Osvaldo Picotti y Julio Mauro realizaron las tareas de herrería, carpintería, decoración, etc. Cada uno aportó su granito de arena y de este modo, como resultado final, se obtuvo una hermosísima playa caribeña.

MÓNICA G. PASUTTI.  Embajadora de Marumbá

Tiene 19 años, integró la comparsa por primera vez en 1996, año en el que fue Reina. La entrevistamos, preguntándole primeramente cómo fue su inicio en la comparsa, a lo que respondió: “Siempre fui simpatizante de Marumbá, pero recién el año pasado me integré, tuve la suerte de haber sido elegida Reina y me gustó muchísimo. Este año es distinto, bailo con más ganas porque la comparsa está más linda, cambió totalmente. Además, hay mucha alegría en el público y vino mucha gente de afuera.

Estoy muy contenta, un poco nerviosa hasta que comienzo a bailar. El momento de mayor entusiasmo es cuando llegamos a la tribuna de Marumbá, allí es donde se siente más la alegría, la euforia de la gente y eso realmente emociona. Tengo la espalda lastimada, por el roce del espaldar y porque además es pesado; sin embargo, cuando comienzo a bailar, no siento nada”.

Con respecto a su representación y vestuario, dijo: “Represento a la Tempestad y mi traje incluye: el tocado, que lleva plumas de gallo color lila y está íntegramente bordado con lentejuelas lilas, mostacillas y piedras doradas; la malla, que está bordada con lentejuelas lilas, 60 piedras y perlas doradas y blancas; y el espaldar, que lleva amazonas lilas y fucsias, apliques en piedras, lentejuelas y mostacillas del mismo tono”.

Al ver el bellísimo trabajo de bordado de su traje, le preguntamos cuanto tiempo le demandó realizarlo y con toda sinceridad nos comentó: “Con el bordado me ocurrió algo bastante especial: tenía idea de cómo se hacía, pero nunca lo había hecho, ya que el año pasado me bordaron todo el traje de Reina. Este año aprendí, bordé el espaldar y las botas; pero, de todos modos, como es un trabajo que lleva tiempo, me ayudaron muchas personas y también me bordaron la malla. A todos ellos les agradezco muchísimo”.

TANIA RUIZ MORENO. Pasista de Marumbá ’97

Tiene 19 años, participó en la comparsa desde que tenía apenas 6 meses de edad, hasta los 10 Años. La entrevistamos instantes previos a la actuación de la comparsa en el último día de carnaval, y le preguntamos sobre su participación en la misma. Sorprendida por nuestra requisitoria, pero muy segura en sus apreciaciones, nos dijo:

Toda la vida he sido de Marumbá, pertenecer a Marumbá, es una alegría tremenda, una emoción inexplicable, es una pasión… Desde que volvieron a realizarse los Corsos en Hasenkamp, este es el primer año en el que nuevamente integro la comparsa. En 1995 estaba con mi familia viviendo en Misiones y en 1996 tenía que hacer el cursillo de ingreso a la Facultad, por eso no puede estar presente; pero este año, aunque estoy viviendo en Córdoba, porque curso la carrera de abogacía en la Universidad Nacional y mis padres están radicados en la ciudad de Casilda, decidimos venir y estar junto a Marumbá, para apoyarla, trabajar por ella y participar”.

Con relación a los preparativos y su traje, agregó: “Nos venimos preparando desde hace bastante tiempo, con muchas ganas y muchas fuerzas. El traje lo hice con la ayuda de mis padres. Empezamos a bordar la cola del mismo en una tela de cortinado sin imaginar que lograríamos un gran trabajo. Para el bordado utilizamos un total de 85 piedras y una incontable cantidad de lentejuelas, mostacillas y perlas”.

Luego, le pedimos su opinión sobre la actuación de la comparsa en este carnaval ’97. Ella manifestó:

“Creo que la noche más linda fue la del sábado 8 de febrero, porque había muchísimo público, la gente de Marumbá estaba eufórica y eso nos entusiasmaba más para bailar. Nosotros tenemos que entusiasmar al público, pero cuando el público esta emocionado es mucho mejor. Ese sábado fue fantástico”.

En cuanto a los espectáculos en general, opinó:

Hicimos muchos espectáculos que considero fueron de buen nivel, salieron bien y gustaron al público. El que realizamos las pasistas fue muy simple, no lo ensayamos demasiado con el coreógrafo, pero sin embargo a la gente le encantó. Creo que el coreógrafo es un excelente bailarín, enseña muy bien, y me encantó trabajar junto a él; tal vez tendría que haber estado más tiempo trabajando con la comparsa para adaptarnos un poco más mutuamente”.

Finalmente le preguntamos que sentía en esos momentos previos a la última presentación de Marumbá en Hasenkamp. Tania, con una sonrisa, dijo: “Estoy muy feliz de participar, siento una gran emoción y esto me compromete para seguir el próximo año, el otro y hasta cuando pueda bailar… estoy contentísima y quiero agradecérselo especialmente a mamá y papá, quienes me ayudaron en todo desde el principio; a la gente de la Comisión, que estuvo respaldando mi trabajo constantemente; y a toda la comparsa, a sus integrantes, colaboradores, a todos…”

TELMA ANDREA GOLTZ. Pasista de Marumbá ´97

Tiene 21 años y ha integrado la comparsa durante cinco años –los tres primeros, a partir de los 8 años de edad, época en la que bailaba en grupo; y los otros dos, bailando como solista, fueron 1996 y este año. Le pedimos su opinión general sobre la comparsa y entonces ella señaló: “Marumbá es la más popular y es la que más le gusta a la gente. El grupo humano que trabaja para la comparsa es como una gran familia. Además de ser gente sencilla, son compañeros; siempre tienen buena voluntad y uno encuentra en ellos la ayuda que necesita, es gente muy buena. Los directivos de la Comisión tienen una excelente relación con nosotros”.

Luego le solicitamos que evaluara la actuación de Marumbá ´97. Al respecto expresó: “Este año, nuestra comparsa dio un gran salto, porque antes no tenía tantos bordados; nadie esperaba que saliera tan bien, realmente sorprendió. La mayoría de las personas que conozco opinan que Marumbá salió mejor, inclusive integrantes de la otra comparsa.

Marumbá siempre gustó por el baile -lo cual se mantiene vigente-, lo hace con alegría, contagiando al público su entusiasmo. Empezamos a ensayar en el mes de diciembre, el coreógrafo, incluyó cosas nuevas y creó que también por eso todo salió mejor, más lindo”.

Con relación al público, nuestra entrevistada dijo: “Siento que el público me tranquiliza, para quien lo está viviendo es difícil explicar… El pasar por la tribuna es algo hermoso, la gente nos acompaña, aplaude, se emociona; entonces uno se siente a gusto y allí es donde dan ganas de hacer todo mejor. La tribuna es como que se viene debajo de tantos gritos y aplausos. Creo que solamente quienes vamos bailando sentimos todo lo que el público transmite.

En particular me gustaron las últimas noches del corso, la comparsa estuvo como el público la esperaba, todos estuvimos muy motivados”.

Finalmente le consultamos sobre su representación y el atuendo que lució. Referente a esto, nos dijo: “Representé a la Diosa de la Luna y mi traje estuvo compuesto de: una biquini blanca, bordada con mostacillas y aplicaciones realizadas con piedras doradas; botas plateadas, bordadas en tono turquesa; y un altísimo espaldar, con muchísimo bordado (con algo más de 40 piedras) – destacándose en la parte superior una luna bordada en color plateado-; además, el espaldar incluyó alrededor de 100 plumas amazonas – algunas de color blanco y turquesas en las puntas, y otras totalmente turquesas -, y en el tocado y la biquini llevaba aproximadamente 100 plumas de gallo de tonos turquesa y blanco.

Comencé a bordar en el mes de octubre, me ayudaron familiares, amigos, vecinos y hasta mi novio. A simple vista puede parecer poco, pero en realidad lleva mucho tiempo. Para el próximo carnaval se va a empezar a trabajar enseguida, ya que hay muy buenas expectativas y mucho entusiasmo”.

ANDREA CUELLO. Pasista de Marumbá  ‘97

Tiene 23 años y hace catorce que baila en la comparsa – desde los tres años hasta los trece, época en la que se suspendieron los corsos, y desde 1995, año en que se reiniciaron nuevamente, hasta el presente-.

Tras la presentación del sábado 8 de febrero, instantes antes de que se retiraran los integrantes de Marumbá, le preguntamos a Andrea qué significaba para ella su comparsa, a lo que respondió: “Marumbá es todo para mí y en Hasenkamp es única, este año más que nunca, porque este es el primer año que Marumbá está completa… ¡está bárbara! De todos los años que bailé, creo que éste fue el que más me emocionó, sobre todo por cómo nos alentó la gente. Nos apoyaron muchísimo, no sólo la gente de Marumbá, la de afuera también. Fue muy lindo todo, ojalá que año a año podamos seguir mejorando.

Suponíamos que después de haber bailado más de dos horas, el cansancio se habría hecho sentir, al consultarle al respecto dijo: “El cansancio no se siente, estoy como para dar otra vuelta más; aunque se me rompió una bota, tengo aguante para seguir bailando… ¡voy a seguir bailando hasta que sea ancianita!”.

  Estábamos dialogando con Andrea, cuando se acercó una de sus compañeras de comparsa para saludarla, felicitándose mutuamente. Entonces, ese gesto de amistad, nos dio pie para preguntarle sobre cómo era la relación entre los integrantes de Marumbá. Muy resueltamente nos explicó: “Entre nosotros hay una muy buena relación de amistad, mucha afinidad, todos tiramos para un mismo lado; para nuestra comparsa. Y en tiempo de carnaval es cuando más nos unimos”.

En cuanto a qué representó y su traje, nos comentó: “Represento a la Fantasía Caribeña. El traje lo bordé con la ayuda de una prima. Comenzamos en el mes de noviembre, nos quedábamos hasta las 4 o 5 de la madrugada y algunas noches las pasábamos sin dormir. El espaldar y las botas están totalmente bordados. En todo el traje hay aproximadamente 3.800 perlas”.

VIRGINIA RETAMAR. Pasista de Marumbá ’97

Tiene 16 años, bailó en Marumbá cuando tenía apenas 4 añitos y luego en 1996 y 1997. Con un llamativo traje de mariposa, de colores rojo y blanco, segundos antes de empezar la presentación de aquel fascinante sábado 8 de febrero, Viky nos comentó rápidamente: “Este año fue muy lindo, estoy muy contenta; el público estuvo muy animado, el pueblo nos alienta, nos acompaña, eso nos ayuda mucho; por eso es que tenemos que seguir adelante, brindando lo mejor de nosotros, demostrando lo que sentimos por Marumbá”.

Antes de que esta fugaz mariposa emprendiera su vuelo, le preguntamos qué sentía por su comparsa y ella simplemente dijo. “Mi familia siempre fue de Marumbá, por eso yo soy de Marumbá de sangre, soy fanática, amo a mi comparsa”.

MARÍA DE LOS ÁNGELES LEIVA CHAVES. Pasista de Marumbá ’97

Tiene 19 años, participó en la comparsa cuando apenas era una niña y recién volvió a integrarla a partir del año pasado.

Para interiorizarnos sobre su participación en la comparsa, le preguntamos cómo y cuándo ingresó en la misma. Ella manifestó: “Mis padres integraron algunas comisiones, trabajaron para Marumbá desde que se formó. Ellos tenían un comercio y a la noche, después que cerraban, me llevaban -junto con mi hermano- al taller de la comparsa. Allí dormíamos entre las plumas, mientras ellos trabajaban… Es por eso que Marumbá es parte de mí, crecí junto a ella, la llevo en mi corazón.

Me siento un poco “incómoda” al recordar que alguna vez integré la otra comparsa. Esto ocurrió cuando tenía 5 años de edad, me pasaba casi todo el día en la casa de mi madrina, junto a su hija -a quien yo admiraba y quien bailaba en la otra comparsa-; entonces, quizás eso me indujo para que en una oportunidad ingresara en la misma. Luego, como no me sentía a gusto, desistí. Después, las comparsas no salieron durante algunos años; pero cuando se volvieron a realizar los corsos, a partir de 1995, comencé a bailar nuevamente en Marumbá”.

Tras escuchar su testimonio, realmente emocionante, le solicitamos que nos comente qué se siente al bailar en Marumbá, y que nos dé su opinión sobre qué le pareció Marumbá 1997. Nuestra simpática interlocutora explicó:

Creo que todos los que integramos Marumbá sentimos el baile de un modo muy especial, el ritmo, la fuerza de la música, es algo inexplicable… creo que lo llevamos en la sangre, es un sentimiento”.

“Este año Marumbá asombró a todos, en cuanto a sus trajes salió mejor que nunca, nadie se lo esperaba; y quiere seguir creciendo, porque aprendió muchas cosas nuevas. En otros aspectos, siempre se lució mucho con el baile y con los espectáculos”.

La gente del pueblo lleva a la comparsa muy adentro, por eso aplaude, grita, se emociona, vive el carnaval con mucha intensidad. Marumbá no solamente son los integrantes; sino mucha gente que, aunque nunca bailó, siempre estuvo ahí, trabajando con y por Marumbá o simplemente alentándola”.

MARÍA DE LAS MERCEDES ERBETTA. Pasista de Marumbá ’97

Tiene 20 años de edad; cuando vivía en Hasenkamp, sus padres integraban la Comisión de la comparsa y ella sólo era simpatizante. Luego se mudaron a la ciudad de Paraná; pero cuando se iniciaron los corsos nuevamente, ella dijo presente.

Cuando nos acercamos para entrevistarla, nos dio la sensación de que no salía de su asombro. Evidentemente, la sorprendimos; pero, al fin y al cabo, ella también nos sorprendió con sus apreciaciones, porque, según dicen, las mejores bailarinas -o modelos- no son muy inteligentes, sin embargo, esta señorita escapó a ese precepto general y nos comentó:

“Amo a Marumbá, la quiero, la adoro, me encanta, la llevo en la sangre, en el alma, en el corazón. Aunque me fui de Hasenkamp, siempre me acordé de la comparsa. Desde chiquita estuve muy cerca de Marumbá, es como que nací con la comparsa y ese vínculo no se cortó, a pesar de la distancia”.

Le preguntamos sobre como hizo para trabajar con su atuendo, estando fuera de la ciudad; a lo que ella respondió:

“Trabajar para Marumbá es trabajar a pulmón desde mucho tiempo antes del carnaval, todo el tiempo libre hay que dedicárselo al bordado, es algo hermoso. Para realizar mi traje, viajé hasta Hasenkamp, me mostraron algunos diseños, elegí el que creí que mejor me quedaría, me llevé el material necesario a Paraná y comencé a bordar -en esta tarea me ayudaron mi mamá y mi abuela-. Luego, un mes antes del corso, regresé a mi querido pueblo, continué bordando y una vez que terminé con mi traje, ayudé a bordar a otros chicos y colaboré con la preparación de una carroza. Me encanta todo lo que tenga que ver con lo estético y el diseño, estudio arquitectura y aunque parezca que no tiene ninguna relación, en realidad tiene mucho que ver con el trabajo de diseño que se realiza en una comparsa, tiene mucho de creatividad”.

  Con respecto al carnaval y en especial a su comparsa se refirió diciendo:

  “Siempre me gustaron los carnavales, pero este fue fantástico… Este año Marumbá está mucho mejor que años anteriores: las técnicas, los espaldares, todo. Con relación al espectáculo del carnaval en general, puedo decir que si bien nuestra función es alegrar al público, cuando ellos nos aplauden y gritan, nos dan más ganas de transmitir cosas, bailar y bailar

GRACIELA LEISS. Pasista de Marumbá ’97

Tiene 17 años y hace dos que baila en la comparsa.  Toda la vida fue simpatizante de Marumbá y, según nos comentó, seguirá siéndolo por siempre.

Haciendo referencia de su indumentaria, nos detalló: “El traje lo comencé a bordar en el mes de enero, me ayudo mi hermana, lleva miles de lentejuelas, alrededor de 200 piedras y 500 perlitas.

Le pedimos su opinión sobre la actuación de Marumbá y las noches de carnaval en general. Muy rápidamente, porque la aguardaban para irse, sintetizó: “Marumbá estuvo mejor que nunca, creo que sin lugar a dudas fue excelente. El sábado 8 de febrero fue la noche que más me gustó: por la cantidad de gente, el ánimo que tenían, el aliento sostenido… sinceramente me emocionó muchísimo. La emoción, la alegría y el hecho de llevar a Marumbá en el corazón, hizo que ni siquiera sintiera cansancio”.

NATALIA LUCCHESSI. Pasista de Marumbá ’97

Tiene 19 años y hace tres que integra la comparsa. Le consultamos sobre qué le pareció este Carnaval 1997 y entonces nos dijo: “Este fue el Carnaval más lindo, de los tres en los que participé. Año a año todo fue mejorando y se fueron adquiriendo muchas cosas nuevas; ya sea en trajes como también en pasos de baile. Es un cambio demasiado grande, la comparsa ha mejorado notablemente. Esto hace que representemos mejor a Hasenkamp”.

Al preguntarle qué significaba Marumbá para ella, expresó: “Mis padres son de Marumbá y de chica fui heredando eso. A medida que una crece, lo va sintiendo, es realmente un sentimiento. No podría bailar en otra comparsa, con las mismas ganas con que lo hago en Marumbá, eso se lleva adentro desde chica”.

¿Cómo podrías explicarnos eso de que Marumbá “es un sentimiento”? -indagamos. Muy resueltamente ella nos explicó: “Cuando se siente cansancio o el dolor de las ampollas, ahí es donde te das cuenta si querés o no a tu comparsa, porque si es así te olvidás del cansancio, del dolor, y seguís bailando toda la noche. Como el público te da alegría, te olvidás de todo y devolvés esa alegría que ellos te transmiten. El momento más importante es cuando se llega a la mitad del recorrido, allí es donde están el animador y nuestra tribuna, ellos son quienes te dan más fuerzas para seguir, te alientan muchísimo. Es como que recibís un poco de aire puro y así se puede continuar hasta el final”.

Antes de despedirnos, agregó: “Me sorprendió la promoción que hicimos, con otras comparsas entrerrianas, en Buenos Aires; fue una experiencia muy linda estar junto a comparsas como las de Gualeguaychú que son mucho más grande que la nuestra. No pierdo la esperanza de que Marumbá llegue a ser como ellas”.

MARIANA NÚÑEZ. Pasista de Marumbá ’97

Tiene 14 años y éste es el primer año que baila en la comparsa, pero siempre fue simpatizante de la misma.

¿Qué se siente debutar en una comparsa y justamente en Marumbá? –le preguntamos a esta flamante pasista. Pese a su juventud, respondió sin vacilar un solo instante: “Es muy lindo pertenecer a una comparsa grande, siempre me gustó Marumbá, siempre quise bailar en ella, siento una emoción especial, me siento querida, me encanta”.

Pasista Mariana Núñez

Sobre su atuendo nos dijo: “Toda la indumentaria la realicé en un mes. El diseño me lo dieron en la comparsa, pero parte del mismo lo modificaron a último momento; el cinturón lo terminé un día antes de comenzar los corsos, porque hubo que reformarlo –por supuesto que todas las variaciones que se hicieron fueron para que quede más delicado-. Mi traje está realizado casi íntegramente en perlas, con aplicaciones –camafeos hechos con piedras, canutillos y mostacillas-. Se utilizaron aproximadamente 3 bolsas grandes de perlas, 60 collares; y el espaldar lleva plumas amazonas blancas”.

Luego le consultamos sobre cómo fue su integración al grupo, y ella respondió: “En la comparsa tenía algunas amigas, pero no conocía a todos los integrantes. No fue difícil integrarme ya que es un lindo grupo, es toda muy buena gente. Cuando bailamos nos destacamos cada uno en lo nuestro, pero de ninguna manera hay rivalidad entre nosotros. No bailaría en otra comparsa, en Marumbá me siento muy a gusto. Le agradezco muy especialmente a las personas de la Comisión”.

AYELEN PÉREZ ELENA, Integrante de la Agrupación Menor “Marumbasitos ‘97”

Tiene tan solo 4 añitos y se lució debutando en la carroza infantil. Con mucho brillo en su vestimenta y un brillito de picardía en sus ojitos, nos comentó dulce e inocentemente: “Me gusta bailar en Marumbá y no tengo miedo de bailar aquí, arriba de la carroza”.

Nos pareció justo entrevistar a alguien que representara en forma alegórica al sector masculino de la comparsa, creemos no habernos equivocado al elegir a uno de los integrantes que –según nuestro criterio- se destacó bailando todas las noches del Carnaval 1997:

HÉCTOR MILESSI. Integrante del Grupo Salsa

Tiene 17 años y una familia ciento por ciento de Marumbá. Ellos son cuatro hermanos y todos bailan en la comparsa, mamá se ocupa del bordado y papá colabora en la tarea que se lo requiera.

Le preguntamos si cumplía alguna función específica dentro de su grupo y cómo evaluaría la actuación del mismo; brevemente nos respondió: “Dentro de mi grupo marco los cambios de paso, es simplemente para sincronizar los movimientos, porque todos mis compañeros bailan muy bien, ensayamos mucho. El espectáculo que realizamos en pareja es nuevo, es un estilo de baile que nunca habíamos incluido en la comparsa, pero creo que salió muy bien. Además, el ritmo cambió, porque se incorporó a la orquesta; antes sólo eran instrumentos de percusión, de viento y la escola. Música y baile, marcaron un cambio importante en Marumbá ’97. Creo que todos disfrutamos plenamente de este Carnaval”.

Luego le pedimos que nos comentara algo especial sobre su comparsa; casi instantáneamente nos dijo: “Es hermoso participar en una gran comparsa como lo es Marumbá, uno se emociona muchísimo, especialmente un día como hoy, en el cual nos despedimos hasta el año próximo. Marumbá es todo… es parte de mi vida”.

CARLOS SOTOMAYOR, Coreógrafo de Marumbá ´97

Llegó a la ciudad de Hasenkamp en el mes de enero, proveniente de Rosario. Jamás había trabajado con una comparsa, últimamente estaba dando clases en institutos y gimnasios particulares, enseñando distintos estilos de baile: afrolatinos, salsa, merengue, mambo, cha-cha-cha, etc.

Coreógrafo Carlos Sotomayor

Tuvimos la oportunidad de dialogar con él antes del Carnaval, en uno de los últimos ensayos generales de la comparsa y le solicitamos que nos diera detalles de su tarea. Respondió categóricamente a cada una de nuestras inquietudes.

Estoy preparando varios grupos dentro de la comparsa, en especial cuatro coreografías que se presentarán a medida que Marumbá vaya avanzando, son espectáculos incluidos dentro del gran espectáculo que realiza toda la comparsa durante cada noche de carnaval. Un grupo se separará del resto de la comparsa y bailará en un lugar determinado del circuito del corso. De este modo se presentarán los grupos Salsa, Merengue, Mambo y Cumbia – bailando cada uno el estilo que su nombre indica y un grupo de diez pasistas que también hacen una coreografía especial… Además, haré una coreografía en pareja con la Reina y algunas otras integrantes.

He incorporado algunos pasos con ritmo de batucada; aunque en ese aspecto, la mayoría de los integrantes de Marumbá están bastante actualizados. En las coreografías de los temas básicos que son los que están de moda, los pasos son uniformes, porque son pasos y movimientos de avance”.

Con relación al grupo humano, con el que trabaja intensamente todos los días de la semana, dijo: “Los chicos tiene mucha onda, mucha pila, les enseño algo totalmente nuevo para ellos -que es coreografía de baile en pareja-, no estaban acostumbrados, tienen que mantener el ritmo y la elegancia, y responden muy bien, aprenden rápidamente. Es como que está gente ya tiene el ritmo en la sangre. Realmente es de destacar, con un poco de técnica y unos cuantos ensayos, hoy nos encontramos frente a un grupo de excelentes bailarines. Sinceramente me sorprendieron, es más…creo que no sólo le he enseñado, también he aprendido de ellos”.

Le consultamos cómo era eso de mantener el ritmo y la elegancia; y nos explicó:

“Los ritmos afrolatinos, cubanos, caribeños, si bien son libres, tienen una organización y una buena base de elegancia. El hombre tiene que saber llevar a la mujer, hay que tener mucha sincronización y gracia a la vez. Para lograr eso, sugerí un cambio en cuanto a la vestimenta: para los espectáculos, las chicas tienen que sacarse los espaldares y tocados, porque el baile tiene que ser libre, los movimientos no pueden ser obstaculizados por los trajes”.

Luego durante los carnavales, al encontrarnos nuevamente, le preguntamos cómo veía a la comparsa en toda su magnitud y si estaba conforme con la tarea que él había desarrollado. Con una sonrisa radiante, nos contestó:

“La comparsa Marumbá es una barbaridad, está realmente magnifica; y yo estoy muy, pero muy conforme… aunque hasta ahora los directivos de la comparsa no me han dicho nada”.

Claro que, hasta ese momento, Carlos ni se imaginaba que en la última noche de Carnaval iba a ser distinguido por su labor y que recibiría el aplauso de miles de personas como un recuerdo imborrable.

ESCOLA DE SAMBA COMPARSA MARUMBÁ

Se podría decir que es el corazón de la comparsa, se le podría dar el apodo de Academia Hasenkampense del Ritmo. Podemos afirmar que esta Escola está a la altura de la conocida correntina Ará Berá y que suena tan bien como las Scolas de Brasil.

Evidentemente, la Escola de Marumbá tiene mucho de talento, muchísima creatividad y un carisma muy especial; pero fundamentalmente tiene un Señor director: José L. Rivas.

Este correntino, que llegó a Hasenkamp a fines de la década del ’70, en 1980 le dio a Marumbá una de las alegrías más grandes de toda su historia con el tema “África” y se radicó definitivamente en esta ciudad, ha logrado que los muchachos de la escola -más de treinta integrantes-, toquen cada instrumento de percusión como si fueran músicos de una gran orquesta sinfónica, sincronizando los tiempos y los ritmos de manera asombrosa.

Escola de samba de Marumbá ’97

La Escola de Marumbá es el querido orgullo de la comparsa, es la inspiración de las pasistas, es un desborde de emoción para el público. Pero cabe resaltar, además que es un grupo que este año trabajó mucho, porque tuvo que adaptarse a nuevos ritmos, a una orquesta y a un espectáculo general totalmente renovado.

En cuanto al show que presentó en un espectáculo exclusivo, frente a su tribuna, nos resta por decir que lo calificamos como: ¡excepcional…! ¡emocionante despedida!

AVELINO SILVA, Presidente de la Comisión Directiva de Marumbá, ante nuestro requerimiento dijo: “El carnaval me pareció muy lindo, renovado, muy superado, emocionante. Hoy día domingo, cierre de este Carnaval ’97, se cumple una etapa importante para Marumbá. Fue una jornada llena de emoción para los organizadores, estamos muy conmovidos”.

Con relación a un importante donativo que efectúo la comparsa a una institución educativa de la ciudad, nos comentó:

“Siempre se piensa en qué hacer para resaltar a las comparsas, se piensa en algo grande, en lo fastuoso; y por lo general se olvida a aquellos que tienen menos y necesitan más. Ser solidarios es muy positivo. Si tuviéramos más recursos, ayudaríamos más a la gente que verdaderamente lo necesita, principalmente que requieren ayuda, instituciones de bien público. Con esta donación, fue favorecido -por sorteo- el Instituto Mariano Moreno, es una escuela secundaria privada que tiene muchísimas necesidades”.

Y referente a las distinciones que otorgó la Comparsa a tres de las personas que trabajaron como colaboradores de la misma, destacó:

“Los dos muchachos, José Rivas y Carlos Sotomayor, cumplieron ampliamente con sus respectivas tareas, hicieron un muy buen trabajo para que la comparsa luzca un espectáculo fantástico. Nos pareció justo darles un reconocimiento público. Lo mismo para la señora Olga Miser de Ruiz Moreno, quien se ocupó de los 60 chiquitos de la agrupación menor, estuvo con ellos y los sacó adelante, logrando grupos muy lindos, que anduvieron muy bien. Como muchos deben haber observado, ella iba acompañando a los chicos en su desplazamiento, estando atenta a todo y cubriendo algunas necesidades de los mismos. Un trabajo de mucha responsabilidad”.

INTEGRANTES

Agrupación Menor:

Carroza: Fabiana Ruíz Moreno, Juan Marcuzzo representando “El Sol del Caribe”. Brenda Gaynor, Camila Miser, Sofía Cejas, Ayelén Pérez Elena, Nahiara Acosta, representando “Fantasía del sol Caribeño”.  

Porta Estandarte: Marquitos Milessi.

Cordoneras: Nadia Iglesias y Luisina Díaz, representando “La vegetación”.

Bastonera: Florencia Gilardini, representando “La riqueza mineral”.

Grupo Perlas: Carolina Geminiani, Brenda Moisés y Macarena Ramírez.

Grupo Arco Iris: Antonella Geminiani, Jonathan Retamar, Delfina Quintero, Nadia Gómez, Florencia Alarcón, Alfonsina Ocampo y Valeria Mateoda.

Parejita de salsa: Catalina Kalhert y Mario González.

Bandita agrupación Menor: Jonathan Acosta, Bruno Acosta, Ricardo Monzón, Ramiro Mateoda, Enzo Geminiani, Pedro Ayala, Emanuel Alarcón y Manuel Landra.

Grupo Abanico: Eliana Ayala, Cintia González y Betiana Penau.

Grupo Jamaica: Roxana Marín, Rubén Marín, Sandra Lescano, Gabriel Alarcón, Cintia Torres, Ricardo Gómez, Carla Torres y Daniel Gómez.

Grupo Nativo Habanero: Romina Chiecher, Carolina David, Fátima Monzón y Emilia Quintero.

Figura Solista: Betiana Zaragoza, representando “Fantasía de una dama de la sociedad caribeña”.

Grupo Mambo: Soledad Romero, Pablo Landra, Marina Ramírez, Raúl Ortega, Yaqueline Monzón. Francisco Gauna, Jorgelina Penau, Milton Ceballos, María Mauro, Guillermo Luna, Luciana Salamone y Emanuel Aquino.

Grupo Margaritas: Soledad Monzón, Elian Fernández, Desiree Di Benedetto, Romina Goro, Luciana Núñez, maría José Castellani, Vanesa Alarcón, Roció Rezzet, Viviana Jacob y Carolina Gómez.

Agrupación Mayor

Frente de Comparsa: Augusto Ciliberti, María Eugenia Iglesias y María Fernanda Godoy.

Porta Estandarte: Darío Hiller.

Figuras Solistas: Tania Ruiz Moreno y Andrea Cuello.

Bastonera General: Mónica Pasutti, representando “La Tempestad”.

Grupo “Los Dioses del Mar”: Graciela Monzón, Silvina Monzón y Heber Luna.

Grupo Blanco: Nelly Hidalgo, Silvia Zeballos, Patricia Aguiar y Natalia David, portando banderas de los países hermanos: Cuba, Santo Domingo, Colombia y Venezuela.

Grupo Salsa: Tania Rivas, Milagros Godoy, Mariana Rojas, Estefanía Maín, Analía Guarascio, Patricia Acosta, Héctor Milessi, Pablo Cabreras, José Luis Claría, Walter Kalhert, Manuel Milessi y José María Leiva Chaves.

Figura Solista: Noelia Jacob, representando “El Sol”.

Grupo Merengue: Sonia Cepeda, Guadalupe Montiel, Anabella Ocampo, julieta Quiroga, Ramona Monzón, Mirta Puebla, Martín Guarascio, Néstor Cángeri, Leonel Ocampo, Ernesto González, Héctor Romero y Alfredo Grandolio.

Figura Solista: Belén Montiel, representando “Nativa de la Vegetación”.

Grupo Mambo: Vanesa Ciarroca, Luján Grandolio, Pamela Portillo, María Eugenia González, Patricia Acosta, Anabel Monzón, Juan Carlos Leiss, Jesús Mendoza, Miguel Gauna, Héctor Gómez, Sergio Zeballos y Carlos Bustos.

Figura Solista: Andrea Goltz representando “La Diosa de la Luna”.

Grupo Cumbia: María Malvina Puebla, Belén Pérez, Silvina Pérez, Fernanda Irrazabal, Verónica Irrazabal, Carlos Claría, Mariano Vergara, Ricardo Alarcón, Ramón Grandolio y Darío Sacia.

Figura Solista: Virginia Retamar.

Grupo Cubanitas: Verónica Tomasini, Romina Quiroz, Marta López, Adela Mendoza y Natalia Quiroz.

Pasistas: Natalia Luchessi, Gerónimo Tablada, María de los Ángeles Leiva Chaves, Edgardo Luna, Hugo Romero, Romina Heffele, Mariana Núñez, Graciela Leiss y Sonia Páez.

Grupo “Las Flores Caribeñas”: Angi moro, Carla Gareis, Luisina Pasutti y Gimena Medvesich, Leticia González, Pilar Luchessi, Laura Pasutti y Ana M. David.

Figuras Solistas: Salome Acosta y Laura monzón.

Grupo Blanco y Negro: Daniela Monzón, Roxana Folmer, Sonia Milessi y Fabian Zeballos.

Bastoneras: María de las Mercedes Erbetta y Sandra Méndez.

ESCUELA DE SAMBA:

Director: José Luis Rivas.

Integrantes: Mario Ayala, Rolando Grandolio, Javier Romero, Diego Cantondebat, Martín Podversich, Ernesto Acosta, Leandro Tortul, Ariel Ceballos, Oscar Romero, Diego Monzón, José Acosta, Carlos Monzón, Dante Godoy, diego Cuello, Luis María Gómez, Aurelio Acosta, Edgardo Jacob, Luis María Cabaña, Ramiro Grandolio, Miguel Acosta, Carlos Arévalo, Nelson Folmer, Darío Márquez, Luis Acosta, José Mendoza (P. Estandarte), Ramón Ayala, Eduardo Romero, césar Almará (sirena), Germán Gómez, Leandro Moro y Facundo Ceballos.

Reina de Marumbá ‘97: María de los Ángeles Ardiles.

Coreografía: Carlos Sotomayor.

ORQUESTA: “Los Fabulosos Disel”.

Director: Jorge (Titi) Sawer, voz, bajo o guitarra, Carlos (Charly) Sawer, programación de percusión y teclados. Fátima Sawer, Coros. Sergio Furlán, timbaleta.

Instrumentos de viento: Sr. Bolognini, trombón, Sr. Paz, trompeta y clarinete y Gerardo González, clarinete.

COMISIÓN DIRECTIVA COMPARSA MARUMBÁ:

Presidente: Avelino Silva, Secretaria: Liliam B. de Di Benedetto, Tesorera: Beatriz V. de Marcuzzo, Vocales: Antonio Godoy, Luis Acosta, Marcelina de Monzón, Carlos Varela, Jorge Acosta, Norma A. de Kalhert, Patricia de Ciliberti, Antonio Luna, Noemí Chiecher, Graciela Llanes, Isabel L. de Iglesias, Alicia Cardozo, Alicia V. de Salamone, Miguel Monzón, Susana de Pasutti y Augusto Ciliberti.

Publicado por Marcelo Domínguez – Revista “Para Todos”,

Edit. Para Todos, Rosario, Año 4, Edición N°50, marzo 1997.

Fotografías: Jorge Quiroz

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