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El cura Typek

El hombre joven de larga sotana descendió del sulky tratando de evitar el barro, las lluvias no habían sido abundantes, pero las pocas horas de sol de un invierno que comenzaba no permitían que las callecitas se secaran, en la puerta de la casa que lo alojaría, lo esperaba doña Pía Francisconi.

El padre Estanislao Typek hacía poco tiempo que había comenzado a atender a los fieles de la Villa, venía en sulky desde Cerrito una vez al mes, cuando las lluvias lo permitían y se alojaba en el hogar de la familia Gherbotto sobre la esquina de las calles Dos y Siete cruzadas por la diagonal Progreso. Del otro lado se encontraba la escuela que había abierto sus puertas en 1909, una larga casa de ladrillos y techo de paja alquilada a don Ernesto Luchessi donde el cura realizaba la misa los días que permanecía en la villa.

Originario de Polonia, nacido en 1871 en Tomaszowia de la Diócesis de Lublin, era hijo de Martín Typek y de Rosalía Pijic. Había realizado sus estudios en Austria y en Italia y Filosofía en la Congregación Salesiana antes de emigrar a la Argentina. Recibió la tonsura y las cuatro órdenes menores el 28 de enero de 1900 de manos del obispo, monseñor Juan Cagliero, quien había sido parte del primer grupo de seminaristas con el que Don Bosco fundó la Congregación y al que luego envió como líder de la primera expedición salesiana a la Patagonia.

Posteriormente, Typek, ingresó al seminario de Paraná para estudiar Teología y recibir el Diaconado el 11 de octubre de 1907 y el Presbiterado el 18 del mismo mes de manos del obispo de Paraná, Mons. Rosendo de La Lastra y Gordillo. Al año siguiente comenzó su tarea sacerdotal como Teniente Cura en Curuzú Cuatiá.

En un comienzo, toda la región rural con sus pueblos se encontraba bajo jurisdicción de la parroquia “Nuestra Señora del Rosario” de Paraná, pero, con el constante crecimiento de la ciudad, un solo curato resultaba insuficiente. El obispo de La Lastra, previo dictamen del Deán y del Cabildo Eclesiástico por auto del 23 de junio de 1898, lo dividió en dos quedando para el curato Rectoral de Nuestra Sra. del Rosario la parte de la ciudad comprendida desde la calle Gral. Urquiza al norte y oeste del río Paraná, mientras que, al sur de la calle Urquiza y al este del boulevard de Chacras, se constituyó como parroquia a la Iglesia de San Miguel Arcángel, perteneciendo además a esta parroquia los distritos de María Grande Segunda, Antonio Tomás y Tala.

Bajo esta dependencia, en 1902 se creó la capellanía “Nuestra Señora de las Mercedes” de pueblo Gobernador Racedo (actual Cerrito). Dos años después se estableció el territorio que comprendía: “los Distritos Antonio Tomás y Hernandarias por el Norte hasta los límites con el Departamento La Paz; por el Este, el Distrito María Grande 2da. hasta el Departamento Villaguay; por el Oeste el Río Paraná y por el Sur los límites que actualmente dividen con la Capellanía de Villa Urquiza, en el Distrito Tala”. El futuro pueblo de Hasenkamp, fundado en 1906, quedaría bajo su jurisdicción.

El 15 de marzo de 1909, Estanislao Typek, fue designado como Capellán de Gobernador Racedo y el 1° de agosto del siguiente año la capellanía se elevó a Parroquia manteniendo los límites que ya tenía y el capellán pasó a ser cura y vicario.

Es para esa época que Typek comienza a incluir en sus visitas a Villa Hasenkamp, siendo el sulky su principal medio de transporte para andar las más de seis leguas de distancia. Pero si los caminos se complicaban con las lluvias abundantes, en ocasiones, se trasladaba a caballo.

Sulky perteneciente a Estanislao Typek

De cada una de sus giras escribe detalladas cartas al Obispo donde relata las actividades realizadas: “Ayer por la tarde, 30 de julio de 1912, volví de Hasenkamp después de cuatro días de permanencia allá. Hubo bastante concurrencia a la Santa Misa por ser una pequeña estación de ferrocarril con unos cuantos ranchitos. Vino mucha gente del distrito María Grande 2° y de Antonio Tomás. Hubo solamente 6 primeras comuniones y varias otras, 41 bautismos, pero ningún matrimonio.”

Estuve en la estancia del protestante Don Eduardo Hasenkamp, le pedí un terreno para la Capilla y me lo concedió frente a la plaza, de 50 metros por 50, pero no sabía cuándo lo podríamos escriturar”.

La desinteresada generosidad de Eduardo Hasenkamp habría llamado la atención del Padre Typek, pues al tratarse de un hacendado que no era católico, le ofrecía uno de sus mejores terrenos para la construcción del templo.

Le relata también al obispo que no pudo crear un centro catequístico de señoras pues en la pequeña Villa aún no había una población estable, la mayoría era gente en tránsito que trabajaba en la construcción de la vía férrea y pronto se establecerían en otros lugares. Además, que los dueños de esas tierras, los Hasenkamp, no querían poblar el lado oeste de las vías y que tampoco pudo ver a las parteras para acordar el tema de los bautismos, por vivir alejadas en la campaña.

Desde la apertura de las vías al tránsito en 1907 hasta 1912 la Estación Hasenkamp fue “punta de riel”, nombre dado al lugar donde finalizaba la línea Crespo-Campos Hasenkamp. Pero a partir de ese año la línea comienza a extenderse hacia Federal y todos los operarios van siendo trasladados.

En sus constantes y pormenorizadas cartas al obispo, el cura le refiere que para 1915 mediante una financiación había comprado un automóvil con la intención de mejorar sus traslados por el extenso territorio de su parroquia. Pero, al año siguiente, le escribe que, en un viaje a Hernandarias, “volqué el auto en una zanja y casi me mato, es un camino intransitable. La hipoteca del auto ya me sube a los ojos; siento ahora haberlo comprado, la crisis, la sequía o las inundaciones o ningún movimiento en la Iglesia Parroquial me hacen sufrir bastante. Quise rifar el Sulky y los caballos y de los 500 números, vendí solo 85 y llegó el término y nadie lo sacó”  

La nafta le resultaba muy cara para su escasa economía y su auto no era para aquellos los caminos. Para 1918 ya no lo menciona más en sus cartas al Obispo y su principal medio de transporte vuelve a ser el viejo Sulky o el caballo cuando llegaban las lluvias.

Con su voluntad inquebrantable, cada año realiza su programada recorrida por las dispersas poblaciones de su Parroquia. En cada lugar permanece cuatro o cinco días apenas suficientes para dar su servicio religioso a las familias que se acercan y resolver los proyectos de construcción de capillas o encontrar un lugar donde dar la misa.

En Hasenkamp la búsqueda del local adecuado se concreta con la respuesta de don Rufino González, un comerciante en carbón, maderas y forrajes, que acepta el alquiler y deja las llaves al Sr. Gerbotto. El local no era barato y no se alquilaba por menos de un mes, con el deslinde de responsabilidades en caso de cualquier daño a la propiedad.

El Párroco le hace saber al Obispo que considera que se hacía cada vez más necesaria la construcción de una capilla en Villa Hasenkamp, en especial teniendo ya el terreno eclesiástico en dicha localidad, además que ya había 20 mil ladrillos en el sitio destinado a levantar la Capilla. Antes de comenzarla piensa bendecir la piedra fundamental y hacer una capilla provisoria para no tener que andar buscando algún local decente para celebrar misa.

Respuesta sobre el alquiler de un local para celebrar la misa

Entonces pide al Obispo se nombre una Comisión Pro-Templo con las personas que ya están radicadas y son propietarias de casas y terrenos para prestar apoyo y consejos en tal proyecto. Le indica que los más caracterizados vecinos católicos eran Jorge Gerbotto, Silvio Capurro, Carlos Bergna, Sixto Nieto y Leoncio Borda. Typek había hablado personalmente con cada uno y se sintieron animados con buena voluntad y conformes si el Obispo los nombraba.

El Padrehizo un pequeño diseño para el albañil que haría la capilla con la indicación de que junto a los ladrillos acumulados se hiciera un pozo de agua para los albañiles que después quedaría para el templo. El 6 de noviembre de 1921 informa que ya está techada la capilla y solo le falta esperar a que se asiente el barro y poder revocar para que no se caiga y dure más tiempo.

En enero de 1922 pudo visitar al Sr. Julio Parera y al Dr. Eduardo Predolini y proponerles ser padrinos de la Capilla de Hasenkamp. Al informarle al obispo su aceptación le sugiere que también sería muy beneficioso ofrecérselo al gobernador Celestino Marcó y a otras personalidades ilustres del momento, remarcando: “le suplico que lo haga, así la capilla de Hasenkamp puede tener padrinos que la ayuden”.

Para esa fecha, Typek sabía que estaba decidido su traslado y en una última carta al obispo Abel Bazán y Bustos como párroco de Cerrito, con fecha del 9 de marzo de 1922, le envía el detalle de los gastos y los ingresos de la capilla de Hasenkamp, con lista de los donantes y de las personas a quienes se les debe, dando el motivo y desde cuándo. Aclara, finalmente, que no se pudo lograr mejor recolección por causa del año sin cosecha y de la epidemia de colerín, enfermedad menos grave que el cólera, pero también mortal en esos años.

Al día siguiente, la Curia informó su traslado a la capellanía de Villa del Rosario dependiente de Concordia que al mes siguiente tendría categoría de Parroquia. Como su reemplazante en Cerrito y de toda la gran parroquia circundante, que incluía a Villa Hasenkamp, fue designado el padre Enrique Möeller y como Teniente Cura al padre Jorge Gotteschalk, ambos de la Congregación del Verbo Divino.

Durante trece años el cura Typek, en su viejo Sulky o a caballo, había recorrido distancias de más de diez leguas, por caminos imposibles, con lluvias torrenciales o arroyos desbordados, yendo por la costa del Paraná a pueblo Brugo o Hernandarias, hacia el centro por Hasenkamp hasta el límite con Villaguay y de vuelta a Gral. Paz o María Grande con la voluntad firme del que brinda su servicio a quien lo necesitara, reparando o construyendo iglesias, incansable trabajador de la fe.

Ahora extendía su obra hacia otras poblaciones sobre la costa del río Uruguay donde continuaría su sacrificada tarea a lo largo de los años.

El Presbítero Estanislao Typek, el primer cura católico que llegara a Hasenkamp, falleció de un síncope cardíaco a los setenta años en Chajarí el 5 de noviembre de 1941.

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Referencias:

SEGURA, Juan José Antonio: “Historia eclesiástica de Entre Ríos”, Nogoyá, 1964, Imprenta Nogoyá SRL.

TRONCOSO de FURLÁN, Rosa C.: “Cerrito, la colonia y sus pueblos”, Nogoyá, 2016, Ediciones del Clé.

Cartas de Estanislao Typek – Archivo Arquidiocesano, Curia Diocesana, Paraná, Entre Ríos

Carta de Typek al obispo Abel Bazán y Bustos en 1911

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