Campeonato del 1933
Es un domingo de septiembre, allá por el año 1933. 21 años hace…justito la primavera de una vida. Lleno de sol está mi pueblo, tibieza en todas partes, hay una brisa suave; los viejos álamos se estiran hacia arriba y se oye el cascabeleo alegre de sus hojas nuevecitas; hay flores en los jardines y un ambiente de fiesta. Contra lo acostumbrado, todos caminan rápido, nerviosos.
Me mandaron a buscar el pan y voy de vuelta corriendo, de pronto me detengo y miro… allá lo veo, por encima de las casas, entre los árboles, al tope de su mástil, flameando, la bandera blanquirroja de Atlético Hasenkamp, serena y orgullosa porque es divisa de campeones y hoy… los campeones van a mostrar su clase. Corro de nuevo, hay un tarrito en el camino… “Arco al Rengo, el Rengo gambetea y…. gol!!!”. El tarrito vuela y cae lejos, cantando su música de lata y… a mi alpargata derecha le ha salido un bigote.
Como apurado, meto una galleta en el bolsillo y con una mano en el otro aprieto fuerte una moneda grandota de veinte centavos. No corro, vuelo “¡Tené cuidado!” me grita la voz más querida del mundo…
“Talcagues queleresqueleresque”. Las muchachas se vinieron “con todo”, con su entusiasmo y su ardiente juventud y más de una después de ese partido pagará con el beso prometido la hazaña de su crack… y más de una ligará a él para siempre su vida o su recuerdo.
Palmoteos de manos y expresiones de admiración, ya llegan los once: Morán, Omar y Borda, Morán Comas y Almeida, Molina, Salamone, García, Arce y Rodríguez; el “Rengo” Ferro da las últimas instrucciones (¡Bravo Rengo viejo, cuánto trabajaste!). Entran al campo y aquella tarde de 1933 escriben los once, a fuerza de clase y corazón, una página más para la historia gloriosa de Atlético Hasenkamp. Salen de la cancha entre los aplausos y el cariño del pueblo que se vistió esta tarde con sus mejores galas para verlos triunfar.
Llega la noche, hay música en el aire, los festejan su triunfo, alegría en los corazones y en el mío. Este gurí que hoy se quedó ronco y se dio una fiesta de naranjas con sus veinte centavos, se olvidará de algunas cosas tristes y dormirá contento.
¡Viejo y glorioso Atlético! ¡Qué lindo es evocarte! 21 años hace, justito la primavera de una vida y otra vez los laureles reverdecen. Ya no es el mismo gurí, ni son las mismas muchachas, ni es el mismo el campito, pero es la misma casaca y es la misma emoción. El pueblo prendió en tu divisa la flor de su juventud y tu le retribuyes con la palpitante emoción de tus triunfos. Hoy vas mirando lejos en el camino del progreso.
¡Arriba Atlético! Qué tus realizaciones sean la fiel expresión del idealismo creador de la muchacha de mi pueblo que marcha serena, con fe en sus propias fuerzas, sin claudicaciones ni renunciamientos, sin adulaciones ni servilismos, con la postura clásica de la juventud sana de corazón que sabe lo que quiere.
¡Bravo muchachos! ¡Arriba Atlético!
Texto de Ramón Pío Narváez Portillo de 1954 cuando Atlético Hasenkamp sale campeón del Paraná Campaña y recuerda el campeonato de 1933 obtenido en su primera cancha, hoy plaza San Martín.
CANGERI, Marcelo Damián; “Club Atlético Hasenkamp, en el corazón del pueblo, 90 años de pasión, 1927 – 25 de Mayo – 2017» Imprenta de la Provincia de Entre Ríos, Paraná, 2017. pp. 312.