Patrimonio edilicio

La Usina de Kochendoerfer

En 1925 llegó al pueblo Federico Kochendoerfer, un joven alemán de 26 años originario del antiguo municipio de Oberspeltach. En octubre de ese año adquirió el lote d de la manzana 7 (San Lorenzo y 25 de Mayo) donde construyó su vivienda y un local que tendría varios fines de acuerdo a los distintos proyectos que su enorme inventiva iría desarrollando.

Fue taller mecánico, fábrica de hielo, de gaseosas o soda, herrería que forjaba cruces para las tumbas y, durante tres años, proveedor del agua potable para el pueblo. También llegó a poseer una máquina cosechadora con la que levantaba cosechas de trigo y lino en los campos vecinos.

Pero su mayor construcción fue la primera usina eléctrica de la zona. Junto a su socio Guebart desarrolló el tendido de las líneas para los usuarios particulares y para el alumbrado público.

La usina contaba con un generador de corriente continua de 220 voltios y 11 kilowatts accionado por un motor a gas pobre producido por carbón y el servicio eléctrico se iniciaba al atardecer hasta la medianoche. Para anunciar el final, quince minutos antes se transmitía una señal que consistía en tres apagones cortos o parpadeos, lo que advertía a los usuarios que debían preparar sus faroles.

Con el tiempo el motor a carbón sería reemplazado por uno a diesel.

Tablero y grupo electrógeno Madow

El servicio de la usina de Kochendoerfer se mantuvo hasta 1959 en que la Municipalidad compró las líneas e instaló su propia usina con dos grupos electrógenos diesel en el local que hoy ocupa la Escuela de Artes y Oficios en la esquina de Sarmiento y San Lorenzo.

Esta usina municipal funcionó hasta 1966 en que la villa comenzó a recibir energía eléctrica a través de la Empresa Provincial de Energía de la Provincia de Entre Ríos.

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